Existen personas a mi alrededor en ciertas horas del dia que pareciera que quieren agotar rotundamente mi energia, que hacen que quiera despertarse en mi la mujer sarcastica y dispuesta a ponerlos en el lugar que para mi deben estar, pero al final, nada, la dejo seguir dormida. Agradezco ese tiempo de ejercicio a mi paciencia que me hace recordar la invariable capacidad del ser humano de tener malos modales y darme cuenta que las imperfecciones de uno perfeccionan las capacidades de otro.
Creo que me acostumbre bastante a los momentos conmigo misma, ahora entiendo por que me gustaba tanto mi aislamiento, siguen sin gustarme las sonrisas fingidas de oficina, no me gusta la deferencia con la que se negocia el dia a dia. Basta con que se cumpla el plazo en el reloj para que yo salga elegantemente a tiempo por la puerta.
Y es que no hay como negarlo, me gusta caminar camino a casa lo mas que se puede y sentir el aire, escuchar a los perros ladrar, ver la luna con No Surprises de fondo e imaginarme cuantas personas esta noche se detienen a mirar el cielo estrellado de la ciudad, ver parejas de la mano transitar de mi lado de la calle tambien me gusta aunque comience a sentir como arena en mis ojos y necesidad de aguantar el llanto aun sabiendo que nadie me veria, aun asi, me gusta. Me gusta tambien pensar que de a poco vuelvo a ser la que antes fuí en el lado positivo y que puedo recuperar la parte genuina que moria de mi mientras yo no muera completa.
Me gusta saber que despues de las tribulaciones de la vida puedo volver a ser yo.
1 comentario:
Gracias por tu comentario en mi blog. Tenía tiempo que no sabía de tí. Saludos.
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