Hoy me desperté con un “Salmo de poder” en la punta de la lengua, uno de esos salmos que no encuentras en alguna Biblia de alguna religión, sino más bien uno que viene de la espiritualidad del ser mismo, de la religión del alma, del dios interno…creo haber susurrado las palabras CREE EN TI.
Siempre recuerdo lo que sueño cuando me levanto cada mañana, es raro que yo llegue a olvidar mis quimeras…pero hoy después de repetir esa frase olvide por completo la travesía de mi subconsciente, quizás algo que soñé es lo que denoto a la silaba. Me quede recostada en la cama aun con las cobijas encima intentando acuñar la tibieza de mi cuerpo, miraba por la ventana esas calles vacías, el sol las iluminaba como de costumbre pero hoy me detuve en ese instante para apreciarlo. Ningún pájaro cantó…el silencio fue dueño de mí y yo amante de él.
No se cuanto tiempo transcurrió desde mi hallazgo espiritual esta mañana…fue pausado, consiente, estructurado y así mismo inesperado. No tengo ningún problema con lo inesperado…me gustan las sorpresas.
Me considero una mujer con agallas, ciertamente en alguna ocasión eso de la valentía trae problemas más grandes de los esperados…pero disfruto la adrenalina, la batalla, la sangre, la estrategia…la victoria. Cuando estoy triste o furiosa suelo olvidar quien soy y lo que soy capaz de hacer, creo que bloqueo mi fortaleza. Son momentos donde mi humanidad me domina y los instintos más bajos aparecen...la venganza, el odio, la desesperación, la frustración… por más que entreno para el gran mundo de las adversidades hay situaciones que me siguen sacando de la arena de combate. Pero regreso armada para vencer la batalla final o morir en ella.
Lastimar a la persona que amas lleva 3 tiempos, el dolor de hacerlo, el dolor que provocas cuando se da cuenta y el dolor que vives a solas por lo cometido.
El adiestramiento para sortear a la vida, a los problemas y a las personas equivocadas es muy demandante, es ciertamente una cuestión de disciplina, hay que desarrollar los sentidos, ver más allá de lo que los demás quieren que veas, se tiene que dominar el arte de la paciencia… ser paciente puede ser la mejor arma…pero para todo eso se debe ser fuerte, se deber ser centrado y consiente pero principalmente uno debe creer en si mismo en todo momento… uno debe creer que si puede dominar sus acciones y decisiones, la fe en lo que uno sabe, en lo que uno ve, en lo que uno presiente es lo que nos mantiene firmes aun después de equivocarnos.
Yo detesto vivir en guerra, las guerras vienen a mi y en algún punto de mi vida decidí que en vez de ignorarlas iba a pelearlas hasta el final, algo en mi disfruta ganarle al destino y aprender de las malas experiencias…así que a mi nobleza le adereza un aire de valor. Suena estúpido para alguien que disfruta más de las cosas bellas de la vida, yo prefiero de maestros a los sentimientos que si vale la pena cosechar, como el amor, la pasión, el entusiasmo, la emoción…seré una maldita pacifista y una altruista sin remedio…pero si algo detesto más que vivir en guerra es poner la otra mejilla, prefiero la trastada de regresar el golpe si se merece.
Cuando empiezo hablar de esa manera indiscutiblemente CREO EN MI quizá más de lo que debería, alimento a mi ego con recuerdos de todo lo que ya superé, ciertamente no dejo que crezca demasiado…después de todo aprender a vivir es también aprender controlarse a uno mismo, a veces se siente que se puede conquistar al mundo y es bueno….pues eso trae consigo cierta confianza y plenitud…pero no hay que exagerar…hasta en la fuerza el enemigo puede encontrar nuestro talón de Aquiles.
Sea como sea hoy me siento más tranquila que ayer, esas palabras evocan mis victorias, me hacen sentirme capaz de soportar esa mentira hecha verdad, quizá después de algún tiempo para asentar los hechos…pueda perdonar a las personas que manipularon la situación sin mi consentimiento, quizá con el tiempo me perdone por completo a mi misma por haberlo permitido, por haber sido durante una época de mi vida la mujer más débil que jamás pude haber sido, por haber sucumbido a mis miedos e inseguridades haciendo uso de la mentira una y otra vez sabiendo que cada vez me condenaba mayormente a perderlo quizá no en ese momento pero si un día definitivamente y para siempre. Me siento mas tranquila pero no del todo por qué se que el daño ya está hecho y es irreparable, por que eh atravesado la batalla más difícil que un ser humano pueda tener frente de sí mismo, la batalla donde tú eres el único juez, la batalla contra mi misma. Le eh ganando a la que fui entonces y ah nacido la nueva yo, la que siempre quise ser. La revelación que se suscitó junto a ese “CREE EN TI” fue la que me recuerda que soy una buena mujer y que atormentarme con lo que ya paso no soluciona nada, flagelarme por lo cometido no consigue el perdón de nadie ni cura las heridas, que toca construir desde debajo de nuevo, creer en mis tantas capacidades que se encontraban dormidas esperando despertar, creer en mi escala de valores y en creer en mi aprendizaje para no cometer el error de nuevo.
CREE EN TI esta derivado de la fe en mi misma, supongo que alguna de mis alarmas internas intenta salvarme de la depresión, mi cuerpo debe haber notado que tengo fugas de sal por los lagrimales o el alto nivel de cafeína que transita de nuevo en mis autopistas. De cualquier manera debo admitir que es una frase llena de esperanza, el que la invento debería recibir regalías por ella. El hecho está en que me recuerda quien soy, siempre he creído en mí, siempre me visualizo en mi meta, no tengo registro en mi memoria de que en algún momento me haya rendido antes de dar una pelea digna de recordar. A veces soy vulnerable más he aprendido a controlarlo, a veces también soy débil pero lo trabajo para fortalecerme y vencer…esta vez no tiene porque ser la excepción.
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