28 de octubre de 2007

Lo que tu quieras oir

O la peor bobada o la mejor escapatoria...


21 de octubre de 2007

Zapato Loco


OSEA... ¿COMO SE PUEDE CAMINAR CON ESA COSA?
ESTE FIN DE SEMANA FUE DE FIESTAS DE TACON OBLIGATORIO Y YA NO AGUANTO MIS PIES, Y AHORA LEO EN EL NYT QUE ESA ES LA NUEVA MODA SEGUN UN DISEÑADOR DE NO SE DONDE...
YO LE LLAMARIA EL ZAPATO TORTURADOR!

AHORA SI QUE EL MUNDO ESTA LOCO, LOCO, LOCO!!!!!

13 de octubre de 2007

... Y al final

Permite que te invite a la despedida
no importa que no merezca más tu atención
así se hacen las cosas en mí familia
así me enseñaron a que las hiciera yo.

Permite que te dedique la última línea
no importa que te disguste esta canción
así mi conciencia quedará más tranquila
así en esta banda decimos adiós

...Y al final
te ataré con todas mis fuerzas
mis brazos serán cuerdas al bailar este vals


...Y al final
quiero verte de nuevo contenta
sigue dando vueltas
si aguantas de pie

Permite que te explique que no tengo prisa
no importa que tengas algo mejor que hacer
así nos podemos pegar toda la vida
así si me dejas no te dejaré de querer

-Enrique Bunbury-

8 de octubre de 2007

maldita tos



¿alguien tiene jarabe?

5 de octubre de 2007

Boston

En los principios de mi blog esta canción les daba la bienvenida a todos, tenia una lista de reproducción con música que me gusta pero la quite por tal o cual razón, el caso es que hoy estuve escuchando esta canción casi todo el día, sintiéndola, cantándola... me encanta.

Les dejo el vídeo y que tengan feliz fin de semana todos =)

4 de octubre de 2007

Sputnik, mi amor


¿Por qué tenemos que quedarnos todos tan solos? Pensé. ¿Qué necesidad hay?

Hay tantísimas personas en este mundo que esperan, todas y cada una de ellas, algo de los demás, y que, no obstante, se aíslan tanto las unas de las otras.

¿Para qué? ¿Se nutre acaso el planeta de la soledad de los seres humanos para seguir rotando?

Me tumbé de espaldas sobre una piedra plana, alcé la vista hacia el cielo y pensé en la multitud de satélites artificiales que debían de estar girando alrededor de la tierra. El horizonte aún estaba ribeteado de una pálida luz, pero en aquel cielo teñido de un profundo color vino empezaban a brillar ya las estrellas. Busqué en él la luz de los satélites. Pero aún había demasiada claridad para que pudieran apreciarse a simple vista. Las estrellas visibles permanecían inmóviles, cada una en su lugar, como clavadas en el cielo.

Cerré los ojos, agucé el oído y pensé en los descendientes del Sputnik que cruzaban el firmamento teniendo como único vínculo la gravedad de la tierra.

Unos solitarios pedazos de metal en la negrura del espacio infinito que de repente se encontraban, se cruzaban y se separaban para siempre. Sin una palabra, sin una promesa.

Sputnik, mi amor - Haruki Murakami